DESMOND TUTU Y EL DIA POR LA PAZ





Hiroshima, Desmond Tutu y el Día por la Paz


06 AGO 2011 11:09

Desmond Tutu durante la entrevista. Photo: ©IsaacHernandez.com


Hoy hace 66 años que Hiroshima despertó al infierno de “Little Boy”, la bomba nuclear que cayó sobre la clínica Shima y detonó con una potencia equivalente a la de 13 kilotones de TNT. Más de 80.000 personas murieron en el acto, incluido un 90% del personal médico de la isla. Otras tantas morirían a lo largo del año, a consecuencias de la radiación.

Sadako Sasaki tenía dos años cuando cayó la bomba a 1.600 metros de su casa en Hiroshima. Nueve años después Sasaki fue diagnosticada con leucemia. Entonces decidió hacer 1.000 grullas de papel: "Escribiré paz en vuestras alas, y volaréis por el mundo”. Meses después Sadako completó las grulla número 1.000, y continuó haciendo más, hasta su muerte el 25 de octubre de 1955, a los 12 años. El próximo día 9, la Fundación por la Paz en la Era Nuclear (NAPF por sus siglas en ingles) celebrará el Día Sadako por la Paz en memoria de las víctimas de Hiroshima y Nagasaki.

Gracias a la NAPF tuve el placer de conocer al arzobispo Desmond Tutu, 79 años, quien vino a Santa Bárbara a firmar una declaración para que “los líderes de los estados con armas nucleares abandonen la disuasión nuclear”. El ganador del Premio Nobel de la Paz de 1984 habla para los lectores de El Mundo.

¿Por qué firmó la declaración contra la disuasión nuclear?

“Hay 23.000 bombas nucleares en el mundo. Una bomba borró una ciudad y las consecuencias todavía las sentimos hoy. Con ventitrés mil bombas… no existiríamos ni tú ni yo, ni nuestro nietos. No quedaría… nada.

“Los creyentes, cualquiera que sea nuestra fe, tenemos que preguntar, ¿es esto lo que quería el creador del universo? Podemos tener el privilegio de elegir. ¿Elegimos aniquilación o existencia?

“Podría ocurrir… una revolución en nuestra manera de pensar donde la gente puede que entienda que estamos jugando con algo peor que el fuego”.

Mucha gente piensa que es imposible que las bombas nucleares dejen de existir.
“Lo primero es no perder la esperanza. Parece que estamos empeñados en la auto-destrucción, pero mira lo que pasó con el racismo en este país, por ejemplo. Si le hubieras dicho a alguien que iba a haber un presidente negro te hubieran dicho “vete y salta al lago, estás loco”. Ocurría lo mismo con la esclavitud. Algunas personas creían que así es como estaba organizado el mundo, con gente libre y gente esclava. Y no intentes cambiar las cosas o el universo se va a partir en dos. Así que… no pierdas la esperanza”.

¿Es posible que los gobiernos acaben con la idea de disuasión nuclear, entonces?

“¿Cómo hemos aceptado durante tanto tiempo que podemos invertir en armas de destrucción? Lo llamamos “presupuesto de defensa”. Sabemos que si tomáramos una pequeña fracción de esos trillones que gastamos en bombas, todos los niños de la tierra podrían beber agua limpia.
“Uno se pregunta qué nos ha pasado, por qué tenemos este punto ciego, por qué aceptamos que mil quinientos millones de personas se acuesten con hambre. ¿Cómo podemos de hecho aceptarlo con ecuanimidad?

“Probablemente somos demasiado impacientes… y con razón, porque una muerte prevenible es una muerte de más. Hay niños que mueren de enfermedades prevenibles. Lo único que necesitan son vacunas baratas, que se podrían pagar con un poquito del presupuesto de defensa. Lo que quiero decir es… no pierdas la esperanza”.
Las armas nucleares tienen una fuerza tremenda, pero ¿cuál es la mayor fuerza que existe?

“Si me hablas de fuerza… fuerza que destruye, nada es comparable a la fuerza nuclear. Explotas una bomba y es el fin. Cuando los humanos se preocupan por algo, esa es otra fuerza. La gente puede ser increíble. Mira lo que pasó con el movimiento anti-apartheid, fue extraordinario. Había muy pocos países que no tuvieran un grupo anti-apartheid. Fue uno de los eventos más globales. Capturó la imaginación de la mayoría de la gente.”



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